¿COMO COMUNICARNOS E IMPLICAR A LA FAMILIA CON TDAH?
Enumeramos a continuación una serie de medidas que se podrían tomar:
Docente y familia han de tomar la misma actitud positiva. Para
ambas partes es necesario que tengan el pensamiento de que el alumno padece un trastorno,
lo que se traducirá en un sentimiento de ayuda hacia el niño.
Se deben mantener con el tutor citas regulares (cada 2 o 3
semanas). No pasar de tres semanas sobre todo a principios de curso. Acordar
con el tutor un seguimiento con el resto de profesores para ver cómo va
evolucionando en las diferentes asignaturas.
Planear conjuntamente unos objetivos realistas tanto para
padres como para profesores para llevar a cabo entre cada cita. Pocos pero
alcanzables. Ir aumentando objetivos según se vayan cumpliendo. Centrarse en
las soluciones y no en los problemas. Si nos se cumpliera alguno de los
objetivos analizar el porqué e intentarlo hasta la siguiente cita.
Informar a los padres de todos los aspectos, positivos y
negativos, sobre los avances en el rendimiento académico, la conducta del niño,
su estado emocional y las relaciones con sus compañeros y profesores. Hacer un
seguimiento de los objetivos que funcionan y aquellos que no y transmitírselos
a los padres.
Trabajar conjuntamente y valorar el trabajo realizado por
ambas partes. Comunicar a los padres si se van a efectuar medidas de intervención,
tanto dentro como fuera del aula: tipo de intervención, tiempo de intervención,
fechas, duración, lugar, dónde se va a intervenir, quien realizará la
intervención, etc.
No dudar en el diagnóstico. Asumir que las características
que demuestra el niño son debidas al trastorno y no a la mala educación que
hayan recibidos de sus padres.
Uso imprescindible de la agenda. Algunas de las
dificultades más relevantes del alumno con TDAH son las de organización y
planificación de sus deberes, tareas, estudio, etc., por lo tanto se
recomienda:
Sensibilizar sobre la importancia de que la comunicación
entre el centro y la familia, a través de la agenda, contenga información de
aspectos tanto positivos como negativos del alumno; así como cuidar la forma en
que se transmite. Cuando las comunicaciones negativas se den de forma frecuente
no se aconseja el uso de la agenda, pues irá en detrimento de su autoestima. Se
pueden usar otras vías.
Considerar que el manejo de la agenda es una de sus
dificultades más significativas.
Para asegurarse de que el alumno ha recibido las
instrucciones de las tareas previstas se recomienda explicar las tareas para
realizar en casa y apuntarlas en la pizarra. Reservar un espacio o recuadro en
la pizarra para anotar en él toda la información relativa a la agenda y que
permanezca siempre a la vista.
Dedicar un tiempo cada día para que el alumno apunte las
tareas en la agenda.
Además de las tareas diarias, es esencial que el alumno y los padres tengan acceso a las
fechas de exámenes con suficiente antelación, el contenido que abarcará, las
fechas previstas para la entrega de los trabajos y lo que deberán contener, así
como los libros que deben leer y las fechas límites de entrega para planificar
los tiempos de estudio y la supervisión necesaria.
Asegurarse de que llevan el material necesario a casa para
realizar las tareas.
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